Déjame contarte una historia que te va a sacar una sonrisa y, seguramente, te sentirás identificado. 

En mi pueblito, allá donde crecí, había un «Mueblista». Sí, así como lo oyes, un artesano talentoso capaz de crear verdaderas maravillas con sus propias manos. Todos lo conocían y admiraban su habilidad, pero… sí, siempre hay un pero. 

Resulta que mi querido «Mueblista» tenía un problemita con las finanzas. ¡Ups! Sí, así es, manejaba las sus finanzas muy mal. Calculaba mal los precios de sus creaciones y, como resultado, siempre le faltaba plata para terminar sus encargos.

 Y claro, cuando prometía tener listo un mueble en determinada fecha, seguro te podías hacer una maratón de Netflix mientras esperabas, porque siempre se retrasaba.

 La verdad es que este pobre Mueblista, por cobrar mal, terminaba usando los adelantos para cubrir los gastos de los trabajos mal pagados. ¡Un enredo total! Y te imaginarás cómo esto afectaba a su familia. A pesar de su talento innato, no lograba darles una vida cómoda y tranquila.

 Frustrado, decidió dejar su negocio y buscar otro empleo. Y adivina qué… desde entonces empezó a prosperar.

 Pero espera, ¡la historia no acaba aquí! 

Cuando comencé a trabajar en bancos después de obtener mi título, me encontré con empresarios igual de talentosos en sus propios rubros. Y, créeme, sufrían los mismos dolores de cabeza que mi querido Mueblista. Cobraban mal, no hacían presupuestos, ni siquiera llevaban un control básico de sus finanzas. ¡Un caos total! Algunos incluso se endeudaban más y más para tapar agujeros financieros sin fin.

 Todos ellos tomaban decisiones desastrosas pensando que, por tener éxito, ya no necesitaban evaluar sus movidas financieras. ¡Error!

 Otros tenían negocios que parecían salidos de un sueño, con resultados increíbles. Pero, curiosamente, estaban tan pegados a sus empresas que no conocían bien sus propios números. ¡Increíble, pero cierto!

 Yo siempre he pensado que el buen manejo de las finanzas no es solo cuestión de conocimientos técnicos, sino que tiene mucho que ver con el comportamiento y la mentalidad de cada uno. Y para ilustrarte esto, déjame ponerte un ejemplo.

 Lionel Messi es considerado el mejor del mundo, ¿verdad? Pero aunque tenga habilidades sobrenaturales en la cancha, eso no le impide tener asesores y un equipo de entrenadores que lo ayudan a rendir al máximo.

 Ahora bien, si un empresario dueño de una pequeña o mediana empresa me preguntara si necesita alguien que lo guíe y le ayude a ordenar sus finanzas, ¡diría que sí, sin duda alguna! ¡Un empresario también debe manejar su negocio como un deportista de alto rendimiento!

 Y a todo esto, se me olvidaba contarte… ese emprendedor del pueblo del que te hablé al principio, ese Mueblista, era nada más y nada menos que mi padre. Mi historia está llena de aprendizajes y experiencias familiares que me han llevado a donde estoy ahora.

Así que, con todo lo que te he contado sobre mi vida, mi carrera y mis experiencias en Consultora Estrategia, quiero que sepas que junto a mi equipo tenemos un propósito claro: ayudarte a ti, que eres dueño de un negocio, a mejorar el manejo de tus finanzas y alcanzar lo más, más importante en un negocio: SER RENTABLE. 

Queremos que puedas negociar de forma favorable con los bancos y reducir los riesgos que tanto te preocupan. Estamos seguros de que, con unas finanzas bien ordenadas, tu negocio estará protegido y podrás alcanzar todo el potencial de Rentabilidad

¿Listo para comenzar esta aventura juntos? ¡Vamos a hacer que tu negocio, pequeño, mediano o grande, sea una máquina de Rentabilidad!